La cocina es sin duda una de las partes más importantes de una vivienda. No es solo un lugar para cocinar o comer, sino también en muchas ocasiones es el punto clave de una casa, el lugar de reunión con la familia o los amigos, el eje de un hogar, el motor. De hecho, a lo largo de la historia las reuniones se han formado alrededor de un buen fuego o de una buena comida, ya que, al fin y al cabo, alimentarnos es uno de nuestros instintos primarios.
Hay cosas que no cambian ni con el paso de los siglos. Lo que sí ha cambiado, afortunadamente, son las prestaciones que hoy en día puede ofrecernos una cocina. Hasta hace relativamente pocos años no se le daba la importancia que tiene hoy; antes era solo un lugar físico donde preparar alimentos, hoy en día es un espacio donde elaborar, crear, experimentar o compartir.
Cocinar no es solo echar unos alimentos en un recipiente, es mucho más. Por todo ello es primordial dedicar toda la atención que merece la elección de una buena cocina. No solo tenemos que tener en cuenta el almacenaje o los electrodomésticos de última generación, es mucho más importante combinarlo todo de manera que nos resulte un espacio acogedor, familiar. Aportar toques propios, personales, que nos recuerden que es un espacio exclusivo, nuestro lugar de encuentro en el hogar. No solo tenemos que elegir el color de los muebles o la disposición, tenemos que decidir qué va a ser nuestra cocina: ¿Un espacio para elaborar alimentos o algo más quizás? ¿Un lugar para relajarnos? ¿Un lugar donde evadirnos creando nuevas recetas?. En cualquier caso decidamos lo que decidamos, de una forma o de otra nuestra cocina se convertirá en el corazón del hogar.