La cocina es uno de los lugares de la casa donde pasamos más tiempo dentro de nuestra rutina diaria, por ello resulta bastante interesante hacer una buena elección a la hora de adquirirla. Cuando nos planteamos la compra de una cocina tenemos que tener en cuenta muchos factores (colores, almacenaje, distribución, iluminación,…) aunque sin duda una de las primeras cosas que tenemos que tener clara es el tipo de cocina que queremos, con qué estilo, qué queremos que trasmita.
En general, podríamos congregarlas dentro de tres grandes grupos, cocinas rústicas, clásicas o de diseño (también llamadas minimalistas) .Cada tipo de cocina tiene sus características concretas, así por ejemplo las cocinas de diseño tienden a líneas más rectas con colores vivos y a veces llamativos, mientras que las cocinas clásicas serian antagónicas, con líneas más convencionales, aunque no por ello menos pragmáticas, y colores neutros. En el centro de la ecuación se encontrarían las cocinas rústicas, apartándose claramente de los estilos mencionados.
Las cocinas rústicas tienen características muy marcadas y personales, quizás la más representativa es su aspecto rural, ya que su material predominante es la madera y sus tonalidades los marrones, colores que trasmiten calidez y naturalidad a cualquier estancia. Cada vez con más frecuencia se impone el estilo rústico en las cocinas, independientemente de que la vivienda sea un piso en plena ciudad o una casa en la playa. Este estilo, afortunadamente, no está solo reservado para el campo. Las cocinas rústicas son atemporales y aunque es un estilo marcado por los colores tierra, también tiene tendencias y opciones; no es lo mismo una cocina rústica con muebles en color haya que una con muebles en color nogal. Sí, las dos podrían ser cocinas rústicas, pero simplemente por la tonalidad de la madera la primera podría parecer más viva o juvenil que la segunda que a simple vista sería más sobria o elegante.
En definitiva, la elección de una cocina para nuestro hogar tiene que estar marcada, no solo por la funcionalidad y calidad que nos exige este espacio de la casa, sino también por nuestro estilo, nuestros gustos y sobre todo por la sensación que nos trasmita.